El siglo XX fue una etapa clave en la historia de Macedonia del Norte, abarcando eventos importantes como la obtención de la independencia, la formación de la conciencia nacional y la lucha por los derechos del pueblo macedonio. Este periodo estuvo lleno de cambios políticos, sociales y culturales que tuvieron un impacto significativo en la vida del país y sus habitantes. En este contexto, la cuestión de la identidad nacional, así como la lucha por la autonomía y la independencia del control externo, ocupa un lugar importante.
Después de las Guerras Balcánicas (1912-1913), Macedonia del Norte fue anexada a Serbia y luego se incorporó al Reino de los serbios, croatas y eslovenos, formado en 1918, que más tarde se convirtió en Yugoslavia. En el marco de la federación yugoslava, Macedonia del Norte obtuvo el estatus de una región autónoma dentro de Serbia, lo que permitió mantener parcialmente las tradiciones culturales y el idioma, sin embargo, el poder político permanecía en manos de las autoridades serbias.
En este momento, el país experimentó cambios destinados a crear una conciencia nacional macedonia. Hubo diversas iniciativas culturales y educativas que contribuyeron a la difusión del idioma y la literatura macedonia. Es importante señalar que en 1944, al final de la Segunda Guerra Mundial, se proclamó la creación de la República Popular Macedonia, que se convirtió en una de las seis repúblicas de la República Federativa Socialista de Yugoslavia.
La Segunda Guerra Mundial tuvo una profunda influencia en Macedonia del Norte. La región se convirtió en un escenario de lucha entre diversas fuerzas, incluyendo el movimiento partisanos y las autoridades de ocupación fascistas. Los macedonios participaron activamente en el movimiento antifascista, luchando tanto contra los invasores nazis como contra los colaboradores locales. Después del final de la guerra y la liberación del país, Macedonia del Norte tuvo la oportunidad de convertirse en una república plena dentro de la nueva Yugoslavia socialista.
Bajo el liderazgo de Josip Broz Tito, las repúblicas que formaban parte de Yugoslavia obtuvieron ciertas privilegios económicos y culturales. Sin embargo, a pesar de la autonomía formal, muchos macedonios sentían presión por parte del gobierno central, lo que contribuyó al crecimiento del descontento y el deseo de mayor independencia.
Después de la guerra, en 1946, se estableció la República Socialista de Macedonia. Este periodo estuvo marcado por el desarrollo económico y cultural de la región, así como por la formación activa de la identidad macedonia. El gobierno apoyó diversas iniciativas destinadas al desarrollo de la educación, la cultura y la ciencia, lo que contribuyó a mejorar el nivel de vida de la población.
Sin embargo, a pesar de los logros, persistía cierta tensión entre macedonios y serbios. La situación política interna seguía siendo complicada, y muchos habitantes sentían que no tenían suficiente libertad y autonomía para gestionar su república.
Desde principios de la década de 1980, especialmente después de la muerte de Tito en 1980, Yugoslavia comenzó a enfrentar graves problemas económicos y políticos. Con el empeoramiento de la situación económica en el país, aumentaron los sentimientos nacionalistas, lo que contribuía a la creciente demanda de independencia por parte de diversas repúblicas, incluida Macedonia.
En 1990 se celebraron las primeras elecciones multipartidistas en la república, donde ganó el Partido Socialista de Macedonia. Este evento se convirtió en un hito para la vida política del país y allanó el camino para acciones activas para garantizar la independencia. El año 1991 fue un punto de inflexión, cuando en Macedonia se celebró un referéndum sobre la independencia, en el que más del 90% de los votantes votaron a favor de la separación de Yugoslavia.
La independencia fue proclamada el 8 de septiembre de 1991, sin embargo, el proceso de separación fue acompañado de significativos problemas internos y externos. El conflicto civil iniciado en Yugoslavia y el agravamiento de las contradicciones étnicas llevaron a que Macedonia se enfrentara a amenazas por parte de estados vecinos y a conflictos internos.
No obstante, en 1993 la República de Macedonia fue reconocida por la ONU, lo que representó un paso importante hacia el reconocimiento internacional. Sin embargo, a pesar de la exitosa proclamación de independencia, el país se enfrentó a una serie de desafíos, incluida la necesidad de establecer nuevas instituciones estatales y resolver problemas económicos.
La independencia trajo no solo libertad, sino también numerosas dificultades. La economía del país enfrentó serios desafíos, incluyendo un alto nivel de desempleo y la necesidad de reformar el sistema. Sin embargo, la República de Macedonia logró ciertos éxitos en el establecimiento de relaciones con la comunidad internacional y el desarrollo de la infraestructura.
Un aspecto importante también fue la cooperación con otros estados y organizaciones internacionales, lo que contribuyó a mejorar la situación económica. En 1995 se firmó el Acuerdo de Ohrid, que puso fin al conflicto entre macedonios y albaneses, asegurando los derechos de las minorías y sentando las bases para el desarrollo estable del país.
Macedonia del Norte en el siglo XX atravesó etapas complejas y contradictorias de su historia, incluyendo la lucha por la independencia y la formación de una identidad nacional. La consolidación de la república y su posterior desarrollo se vieron afectados por numerosos factores internos y externos, sin embargo, a pesar de las dificultades, el país logró afirmarse en la escena internacional.
La lucha del pueblo macedonio por sus derechos e independencia se convirtió en un símbolo importante de su aspiración a la libertad y a la singularidad. Hoy, Macedonia del Norte continúa avanzando hacia el fortalecimiento de su independencia, la mejora de su situación económica y el establecimiento de relaciones con los estados vecinos y la comunidad internacional.