El siglo XX fue un período importante en la historia de Suecia, caracterizado por cambios sociales, políticos y económicos significativos. Después de la Primera Guerra Mundial, en medio de dificultades económicas, Suecia comenzó a avanzar hacia la creación del estado de bienestar, y tras la Segunda Guerra Mundial, fortaleció sus posiciones como país neutral. Esta década también se convirtió en un tiempo de florecimiento cultural, descubrimientos científicos y participación activa en asuntos internacionales.
A principios del siglo XX, Suecia continuó experimentando las consecuencias de la revolución industrial. El país vivió una rápida urbanización y un aumento de la fuerza laboral. Las reformas sociales se convirtieron en uno de los temas clave de esta época. En 1901, se fundó el primer partido socialista: el Partido Socialdemócrata de Suecia, que buscaba mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
En 1918, Suecia implementó un sistema integral de seguridad social, lo que fue un paso importante hacia la creación del moderno estado de bienestar. Este proceso continuó a lo largo del siglo, asegurando el acceso a la educación, la atención médica y los servicios sociales para todos los ciudadanos.
La Primera Guerra Mundial (1914–1918) tuvo un impacto significativo en Suecia, aunque el país permaneció neutral. Las dificultades económicas ocasionadas por la guerra llevaron a una escasez de alimentos y al aumento de precios. En 1917, se produjeron huelgas masivas en el país, exigiendo mejoras en las condiciones laborales y de vida.
Tras el final de la guerra, Suecia participó en la firma del Tratado de paz de Versalles, lo que ayudó a fortalecer su posición internacional. Durante este tiempo también se observaron el crecimiento del nacionalismo y el deseo de independencia de la influencia de otros países, lo que contribuyó a la formación de la identidad sueca.
La década de 1920 fue un tiempo de crecimiento económico y recuperación tras la guerra. Suecia desarrolló activamente su industria, y en esta época se produjo un auge en la producción de bienes como automóviles y electrónica. En 1924, se fundó la empresa Volvo, que se convirtió en uno de los símbolos de la industria sueca.
Sin embargo, a finales de la década de 1920, comenzó la Gran Depresión, lo que llevó a dificultades económicas y desempleo. El gobierno respondió a estos desafíos implementando programas de seguridad social y reformas que ayudaron a mitigar las consecuencias de la crisis y a apoyar la economía.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939–1945), Suecia reafirmó su neutralidad. El país logró evitar un conflicto militar directo, pero se encontró en una situación complicada, equilibrándose entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. Suecia proporcionó ayuda humanitaria y acogió a refugiados de los países ocupados, lo que fortaleció su imagen internacional.
Tras el final de la guerra, Suecia comenzó a participar activamente en organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas (ONU), lo que contribuyó a fortalecer sus posiciones en la arena mundial. En ese momento, el país también empezó a desarrollar su economía, invirtiendo en infraestructura y educación.
En las décadas posteriores a la guerra, Suecia experimentó un período de prosperidad económica. El modelo sueco del estado de bienestar, basado en principios de democracia e igualdad, se convirtió en un ejemplo para muchos países. Durante este tiempo, se aumentó significativamente la financiación de la atención médica, la educación y programas sociales.
Suecia también se convirtió en un centro de investigación científica e innovaciones. Empresas como Ericsson y AstraZeneca comenzaron a hacer descubrimientos significativos en tecnología y medicina. Estos logros contribuyeron a fortalecer la posición del país en la economía y la ciencia mundial.
El siglo XX también fue un momento de florecimiento cultural para Suecia. La literatura, el cine y el arte suecos se hicieron conocidos en todo el mundo. Las obras de escritores como August Strindberg y Henning Mankell recibieron reconocimiento internacional.
La música sueca, incluyendo el pop y el rock, también se volvió popular. El grupo ABBA, formado en 1972, se convirtió en un símbolo de la cultura musical sueca y conquistó los corazones de millones de fanáticos en todo el mundo.
La vida política en Suecia en el siglo XX fue bastante estable. El Partido Socialdemócrata siguió siendo la fuerza dominante en la política, y durante varias décadas el gobierno mantuvo principios socialistas. Sin embargo, en la década de 1990 se produjeron cambios, y el país comenzó reformas orientadas a la liberalización económica.
A finales del siglo, Suecia también comenzó a participar más activamente en asuntos internacionales, incluido su ingreso a la Unión Europea en 1995. Este evento abrió nuevas oportunidades para el país en comercio, política e intercambios culturales.
El siglo XX fue un tiempo de cambios significativos para Suecia. Desde el desarrollo social y económico hasta el florecimiento cultural y el reconocimiento internacional, esta década formó la cara moderna del país. Suecia sigue siendo un ejemplo de desarrollo sostenible, participación activa en asuntos internacionales y responsabilidad social, lo que la convierte en uno de los países más avanzados del mundo.