El período soviético en la historia de Turkmenistán abarca desde 1924, cuando se formó la RSS de Turkmenistán, hasta 1991, cuando el país se convirtió en independiente. Esta etapa se caracterizó por cambios políticos, económicos y sociales a gran escala que tuvieron un impacto significativo en el desarrollo de la región, su cultura y su sociedad. El poder soviético buscó implementar nuevas ideologías y enfoques de gestión, lo que llevó a cambios profundos en la vida de la población local.
La RSS de Turkmenistán fue formada como resultado de reformas administrativas llevadas a cabo por el poder soviético. En 1924, en el marco de la división nacional-territorial, se creó una república independiente, lo que permitió a la población local desarrollar su cultura y lengua dentro del sistema soviético. El nuevo estatus de la república permitió a los turkmenos participar en la gestión de su país, sin embargo, el poder real a menudo estaba en manos de los funcionarios del Partido provenientes del centro.
La educación se convirtió en una de las principales prioridades del poder soviético en Turkmenistán. Se llevaron a cabo campañas masivas para erradicar el analfabetismo, se abrieron escuelas, institutos técnicos y universidades. El idioma ruso se convirtió en el idioma principal de enseñanza, pero también se hicieron esfuerzos para desarrollar el idioma turkmeno. Esto creó condiciones para el intercambio cultural y mejoró el nivel educativo de la población local, lo que impactó positivamente en el desarrollo de la sociedad.
El poder soviético implementó una economía planificada, lo que cambió significativamente la estructura económica de Turkmenistán. La atención se centró en la agricultura, en particular en la producción de algodón. El algodón se convirtió en el "oro blanco" y en el producto de exportación clave de la república. Las inversiones estatales se destinaron al desarrollo del riego y a la mejora de las tecnologías agrícolas, lo que contribuyó al crecimiento de la producción.
No obstante, esto también llevó a problemas ecosistémicos relacionados con el uso excesivo de los recursos hídricos, especialmente en relación con el riego de las tierras desérticas. Esto tuvo un impacto negativo en la salud de la población y el medio ambiente, lo que sigue siendo un problema actual hasta el día de hoy.
Durante el período soviético se llevaron a cabo numerosos proyectos de infraestructura destinados a modernizar la región. Se construyeron nuevas carreteras, ferrocarriles y puentes, lo que mejoró significativamente la accesibilidad del transporte. Un proyecto importante fue la construcción del metro de Asjabad, que se inauguró en 1992, pero fue construido durante el período soviético.
La energía también se desarrolló activamente: se construyeron plantas eléctricas, lo que permitió abastecer a la población con electricidad. La industria se desarrolló, aunque la mayoría de las empresas estaban enfocadas en la transformación de productos agrícolas, lo que hacía que la economía de la república fuera dependiente de la agricultura.
La política soviética también afectó la estructura social de Turkmenistán. Se produjeron cambios en el papel de las mujeres en la sociedad. El poder soviético proclamó la igualdad de género e implementó programas para aumentar la educación y el empleo de las mujeres. Las mujeres comenzaron a participar activamente en el trabajo, lo que contribuyó a modificar las estructuras familiares tradicionales.
Sin embargo, junto a los cambios positivos, los valores y las costumbres tradicionales se vieron presionados por la ideología soviética. Esto provocó tensiones sociales, especialmente en el contexto de las normas y costumbres tradicionales que no siempre coincidían con las nuevas ideas sobre igualdad y socialismo.
El período soviético fue un tiempo de renacimiento cultural para el pueblo turkmeno. Por un lado, se implementó una política de russificación, y por otro, el estado apoyó el desarrollo de la cultura nacional. Se fundaron teatros, museos, galerías de arte y centros culturales. Aparecieron nuevas obras literarias y artísticas que reflejaron tanto temas tradicionales como contemporáneos.
Los eventos culturales, como las festividades nacionales y los festivales, continuaron existiendo y adaptándose a las nuevas condiciones. Esto fue posible gracias al apoyo del estado soviético, que buscaba crear la imagen de una nueva nación socialista en la que hubiera lugar para diversas culturas y tradiciones.
No obstante, el período soviético también fue un tiempo de represión política. Al igual que en otras partes de la Unión Soviética, en Turkmenistán se llevaron a cabo campañas contra los "enemigos del pueblo", lo que resultó en arrestos y deportaciones. La población local experimentó presión por parte de las autoridades, y muchos líderes tradicionales fueron eliminados de la vida política.
La crítica al poder y el desacuerdo con la política de los funcionarios del Partido podían tener graves consecuencias. Los movimientos sociales y las iniciativas independientes a menudo eran reprimidos, lo que creaba una atmósfera de miedo y desconfianza entre la población. Esta política dejó una profunda huella en la memoria del pueblo y desempeñó un papel importante en la formación de su identidad en el período postsoviético.
Con la disolución de la Unión Soviética en 1991, Turkmenistán se convirtió en independiente. Sin embargo, el legado del período soviético continúa afectando la vida del país. La dependencia económica del cultivo de algodón, los problemas ecosistémicos, así como los cambios sociales ocurridos en este período, siguen siendo relevantes hasta el día de hoy.
La independencia brindó a Turkmenistán la oportunidad de formular su propia política, sin embargo, muchos aspectos relacionados con la economía y la estructura social siguen siendo un legado de la época soviética. Comprender este período es importante para entender el estado actual del país y su desarrollo futuro.
Turkmenistán en el período soviético es un tiempo de transformaciones a gran escala y desafíos complejos. Esta etapa de la historia dejó una huella significativa en la vida del pueblo, formando su semblante moderno. El estudio de este período permite entender mejor las raíces de la sociedad turkmena contemporánea y su identidad, así como comprender la influencia que los eventos históricos continúan ejerciendo sobre el futuro del país.