La Guerra de Corea (1950–1953) fue uno de los primeros conflictos a gran escala de la Guerra Fría. Se desató en la península de Corea después de que Corea del Norte, respaldada por la Unión Soviética y China, invadiera Corea del Sur. El conflicto se internacionalizó y participaron las fuerzas armadas de las Naciones Unidas, principalmente Estados Unidos, que apoyaron a Corea del Sur.
Las causas de la Guerra de Corea fueron complejas diferencias políticas e ideológicas entre Estados Unidos y la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial. La península de Corea fue liberada de la ocupación japonesa, pero luego se dividió en dos zonas de ocupación, controladas por la Unión Soviética en el norte y los Estados Unidos en el sur.
En 1948, se establecieron gobiernos independientes en cada zona con ideologías diametralmente opuestas. Corea del Norte, encabezada por Kim Il-sung, adoptó un sistema comunista, mientras que Corea del Sur, bajo el liderazgo de Syngman Rhee, optó por el camino del capitalismo y vínculos estrechos con Occidente. Las diferencias en las perspectivas políticas y la lucha por el poder finalmente condujeron a un conflicto armado.
El 25 de junio de 1950, el ejército de Corea del Norte cruzó el paralelo 38 y comenzó su ofensiva contra Corea del Sur. Este acto de agresión provocó rápidamente una respuesta de la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución condenando la invasión y pidió a los estados miembros que proporcionaran ayuda militar a Corea del Sur. Así, el conflicto se transformó en una guerra a gran escala con la participación de potencias extranjeras.
En las etapas iniciales del conflicto, las fuerzas norcoreanas avanzaron rápidamente, capturando Seúl y otras grandes ciudades de Corea del Sur. En agosto de 1950, las fuerzas de la ONU, bajo el mando del general Douglas MacArthur, lograron detener la ofensiva de Corea del Norte en el área del perímetro de Busan, lo que permitió estabilizar el frente.
En septiembre de 1950, la ONU llevó a cabo un masivo desembarco de tropas en Inchon, lo que permitió lanzar una contraofensiva y recuperar Seúl. En octubre, las fuerzas de la ONU avanzaron hacia el norte, casi llegando a la frontera china. Sin embargo, China, temiendo el aumento de la influencia estadounidense en sus fronteras, intervino en el conflicto y envió cientos de miles de "voluntarios" que lograron hacer retroceder a las fuerzas de la ONU de nuevo al paralelo 38.
La Guerra de Corea incluyó varias batallas importantes, incluidas las batallas de Busan, Inchon y el embalse de Chosin. Las acciones bélicas fueron duras y agotadoras, a menudo acompañadas de bajas significativas por ambos lados. El terreno montañoso y boscoso de Corea también complicaba la conducción de las operaciones bélicas.
Particularmente intensos fueron los combates durante el invierno de 1950-1951, cuando ambas partes intentaban mantener posiciones y detener el avance del enemigo. Con la llegada de la primavera de 1951, las fuerzas de la ONU lograron estabilizar el frente, y las acciones bélicas adquirieron un carácter más estático.
En 1951, las partes iniciaron negociaciones para un armisticio. Sin embargo, el proceso se prolongó durante dos años debido a disputas sobre el intercambio de prisioneros de guerra y la línea de demarcación. Las acciones bélicas continuaron, aunque con menor intensidad.
Las negociaciones de armisticio se llevaron a cabo en la aldea de Panmunjom, situada en la zona desmilitarizada. Uno de los principales obstáculos fue la demanda de la ONU de que los prisioneros de guerra fueran devueltos voluntariamente, lo cual era inaceptable para Corea del Norte y China, que insistían en un intercambio completo.
El 27 de julio de 1953 se firmó un acuerdo de armisticio que puso fin a las acciones bélicas. El armisticio estableció una zona desmilitarizada (DMZ) a lo largo del paralelo 38, que todavía divide a Corea del Norte y Corea del Sur. Formalmente, el tratado de paz nunca se firmó, y técnicamente se considera que la Guerra de Corea está sin concluir.
La zona desmilitarizada, de 4 kilómetros de ancho, se convirtió en un símbolo de la división y la tensión entre las dos Coreas. A pesar del cese de las hostilidades, ambas partes continuaron manteniendo tropas en alerta, y la línea del frente siguió siendo un lugar de tensión.
La Guerra de Corea tuvo un impacto significativo en la situación política y económica en Corea y en las relaciones internacionales. El conflicto resultó en la muerte de millones de personas, destruyó la infraestructura de Corea y dejó profundas heridas en la sociedad coreana.
Para Estados Unidos y la Unión Soviética, la guerra se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría y una primera prueba significativa de su fuerza. Estados Unidos reforzó considerablemente su presencia militar en Asia, lo que tuvo repercusiones en futuros conflictos en la región. La Unión Soviética y China, que apoyaron a Corea del Norte, también consolidaron sus posiciones en la región.
Después de la guerra, Corea del Sur pudo construir su economía y desarrollarse con el apoyo de Estados Unidos, mientras que Corea del Norte permaneció aislada y continuó desarrollando su industria militar bajo el liderazgo de Kim Il-sung. La Guerra de Corea dejó a ambos países en un estado de tensión militar permanente que persiste hasta hoy.
En Corea del Sur, el milagro económico permitió un rápido crecimiento y mejoró el nivel de vida de la población. Mientras que Corea del Norte permaneció bajo un régimen autoritario, Corea del Sur se convirtió en un país democrático que se desarrolla activamente en condiciones de economía de mercado libre.
La Guerra de Corea served como un ejemplo histórico de cómo las diferencias políticas pueden llevar a un conflicto destructivo. Subraya la importancia de la diplomacia y las negociaciones pacíficas para prevenir guerras. El estado actual de Corea sigue siendo una cuestión internacional importante, y la posibilidad de reconciliación entre las dos Coreas genera interés y apoyo por parte de la comunidad global.
Recientemente, se han realizado intentos de establecer un diálogo entre los dos estados. Sin embargo, a pesar de las mejoras temporales en las relaciones, las diferencias políticas e ideológicas siguen siendo significativas, y la probabilidad de reunificación de Corea en el corto plazo parece improbable.