El período de la invasión mongola y la Rusia Lituana (siglos XIII - XV) en la historia de Ucrania representa una época importante y compleja, llena de conflictos, cambios culturales y transformaciones políticas. Este tiempo se convirtió en un hito no solo para las tierras ucranianas, sino también para toda Europa del Este. La invasión mongola, que comenzó a mediados del siglo XIII, tuvo un impacto destructivo en la Rus de Kiev y abrió nuevos horizontes para cambios políticos, incluyendo la aparición del Estado Lituano como una nueva fuerza en la región.
La invasión mongola en el territorio de Ucrania comenzó en 1240, cuando las tropas de Gengis Kan y sus descendientes iniciaron sus incursiones en las tierras de Europa del Este. En 1237, los mongoles ya habían conquistado la Rus y, tras la caída de Kiev, dirigieron sus fuerzas hacia el oeste. Kiev, como uno de los principales centros de la cultura y la política rusas, se convirtió en víctima de ataques devastadores, lo que provocó una migración masiva de la población y llevó a la destrucción de muchas ciudades.
En 1240, tras el asedio y la destrucción de Kiev, los mongoles establecieron el control sobre vastos territorios, incluyendo la actual Ucrania. Este evento puso fin a la existencia de la Rus de Kiev como un estado unificado y condujo a la desintegración política en las tierras ucranianas. El dominio mongol también cambió el paisaje cultural, ya que los nuevos órdenes trajeron consigo tradiciones e influencias diferentes, incluyendo el islam.
Después de la invasión del Imperio Mongol, las tierras ucranianas quedaron bajo el control de la Horda de Oro. Este tiempo se convirtió en una época de fragmentación feudal, cuando diversos principados comenzaron a luchar por el poder y la independencia. Kiev se volvió menos significativo, cediendo el lugar a otros centros, como Galitzia y Vladimir-Volyn. El poder de los príncipes se volvió más descentralizado, lo que llevó a luchas entre los señores feudales locales y un aumento de la influencia de potencias vecinas.
A pesar de la presión externa, algunos principados, como el de Galitzia-Volyn, trataron de preservar su autonomía. En 1253, el príncipe Daniel de Rutenia fue coronado rey de Rus, lo que fue un intento de crear un estado independiente en el contexto del dominio mongol. Sin embargo, los conflictos internos y las amenazas externas hicieron que esta tarea fuera casi imposible.
Hacia finales del siglo XIII, apareció en el horizonte Lituania, que con el tiempo se convirtió en la fuerza dominante en Europa del Este. El ducado lituano, buscando expandir sus fronteras, comenzó campañas activas hacia el sur y el este. Como resultado, a partir del siglo XIV, muchas tierras ucranianas pasaron a ser parte del ducado lituano. La política lituana hacia los territorios conquistados difería de la mongola: Lituania intentaba integrar las tierras ucranianas, proporcionando a los príncipes locales un cierto grado de autonomía y derechos de autogobierno.
El ducado lituano tuvo un impacto significativo en el desarrollo cultural y político de Ucrania. Durante este período se produjo una mezcla de culturas, que se reflejó en el idioma, las tradiciones y las costumbres de la población local. Los lituanos, buscando consolidar su poder, a menudo contrataban a nobles locales para que sirvieran, lo que favoreció la integración y el intercambio de tradiciones culturales y legales.
El período de la Rusia Lituana se convirtió en un tiempo de renacimiento cultural para las tierras ucranianas. La apertura de nuevas oportunidades para el comercio y el intercambio con Occidente contribuyó al desarrollo de las artesanías y el comercio. El poder lituano también apoyó la ortodoxia, lo que permitió preservar y desarrollar tradiciones religiosas y culturales. Durante este tiempo se dio la formación del idioma y la literatura ucraniana, así como el desarrollo de la arquitectura, lo que se puede apreciar en ejemplos de iglesias y fortificaciones de madera.
El ducado lituano también fomentó la difusión de la alfabetización. La aparición de nuevas instituciones educativas y monasterios sirvió como base para la educación y el desarrollo cultural. En este período, se inició la creación activa de crónicas, relatos y otras obras literarias que reflejan los eventos de la época y preservan la memoria del pasado.
Sin embargo, la Rusia Lituana no estuvo exenta de conflictos. Estados vecinos, como Polonia y Moscú, también buscaban expandir sus fronteras y disputaban el control sobre las tierras ucranianas. En 1410, tuvo lugar una batalla significativa en Grunwald, donde las fuerzas unidas de Lituania y Polonia lograron una victoria sobre la Orden Teutónica, lo que fortaleció la posición del ducado lituano y permitió incrementar su influencia hacia el sur, incluyendo las tierras ucranianas.
En el siglo XV, Lituania y Polonia comenzaron a acercarse, lo que finalmente llevó a la formación de la Corona del Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania, lo que tuvo un impacto adicional en el desarrollo de las tierras ucranianas. Esta unión creó una nueva realidad política y aumentó la competencia entre diversos grupos étnicos y políticos en el territorio de Ucrania.
El período de la invasión mongola y la Rusia Lituana fue una etapa significativa en la historia de Ucrania, que determinó su desarrollo futuro durante muchos siglos. La invasión mongola destruyó la Rus de Kiev, pero dio paso a la aparición de nuevas estructuras políticas y formas culturales. La Rusia Lituana, a su vez, desempeñó un papel crucial en la preservación y el desarrollo de la identidad, cultura y tradiciones ucranianas frente a nuevos desafíos y cambios. Este período sentó las bases para la formación del futuro estado ucraniano, así como para la memoria histórica de la lucha por la independencia y la preservación de su cultura.