El período moderno de la historia de Azerbaiyán abarca el tiempo desde la obtención de la independencia en 1991 hasta nuestros días. Este período se caracteriza por cambios políticos, económicos y sociales significativos que han influido en el país y su población. Aspectos importantes de este tiempo han sido las reformas políticas, el crecimiento económico, las relaciones internacionales y el desarrollo cultural.
Azerbaiyán proclamó su independencia el 30 de agosto de 1991, sin embargo, inmediatamente después, el país enfrentó serios desafíos. Los conflictos internos, la crisis económica y la guerra con Armenia por el Alto Karabaj llevaron a una catástrofe humanitaria y a un gran número de refugiados. El conflicto comenzó en 1988, cuando la parte armenia comenzó a exigir la anexión del Alto Karabaj a Armenia. En 1994 se firmó un alto el fuego, pero la solución definitiva al conflicto aún no se ha encontrado.
En 1993, en medio del caos político, Heydar Aliyev llegó al poder. Se convirtió en presidente y comenzó a implementar una política de estabilización. Aliyev inició reformas económicas destinadas a atraer inversiones extranjeras, especialmente en la industria petrolera. Bajo su liderazgo se firmó el contrato del siglo con compañías petroleras internacionales, lo que abrió nuevos horizontes para la economía de Azerbaiyán.
Heydar Aliyev también promovió el fortalecimiento de la estabilidad política, aunque su gobierno se caracterizó por tendencias autoritarias. La represión de la oposición política y el control de los medios de comunicación se convirtieron en rasgos distintivos de su régimen. Sin embargo, durante su mandato, la economía del país comenzó a desarrollarse, y el nivel de vida de la población mejoró gradualmente.
Desde principios de la década de 2000, Azerbaiyán experimentó una verdadera bonanza petrolera. El país se convirtió en un actor importante en el mercado internacional de energía. La producción de petróleo aumentó, y Bakú se convirtió en uno de los centros clave de transporte de petróleo y gas hacia Europa. La construcción de oleoductos, como el Bakú-Tiflis-Ceyhan, se convirtió en un símbolo de la independencia económica de Azerbaiyán y su integración en el mercado mundial.
El sector petrolero se convirtió en la principal fuente de ingresos del presupuesto, lo que facilitó el crecimiento de las inversiones en infraestructura, educación y salud. Sin embargo, esta dependencia de los ingresos petroleros también creó vulnerabilidades en la economía, lo que se hizo evidente durante la crisis económica mundial de 2008, cuando los precios del petróleo cayeron drásticamente.
Tras la muerte de Heydar Aliyev en 2003, su hijo Ilham Aliyev llegó al poder. Ilham continuó la política de su padre, pero su gobierno también estuvo acompañado de represión política y supresión de la oposición. En 2005 se llevaron a cabo elecciones en el país, que fueron calificadas por los observadores internacionales como deshonestas y poco transparentes.
A pesar de las críticas, Ilham Aliyev pudo mantener el poder implementando reformas económicas y ampliando los programas sociales. Se realizaron inversiones en infraestructura, lo que contribuyó a mejorar las condiciones de vida de la población. Sin embargo, problemas sociales como el desempleo y la pobreza seguían siendo relevantes.
Azerbaiyán desarrolla activamente sus relaciones internacionales, buscando convertirse en un socio energético importante para los países de Europa y Estados Unidos. La participación en organizaciones internacionales, como la ONU y la OSCE, así como la cooperación con la OTAN, se han convertido en aspectos importantes de la política exterior del país. Azerbaiyán también ha firmado numerosos acuerdos de cooperación con diferentes estados en las áreas de economía, cultura y seguridad.
Al mismo tiempo, el conflicto con Armenia sigue siendo el principal desafío para Azerbaiyán. En 2016, se produjeron enfrentamientos en el Alto Karabaj, que demostraron que la situación en la región sigue siendo tensa. Azerbaiyán intenta resolver el problema por medios pacíficos, pero en medio de agravios históricos y reclamos territoriales, alcanzar la paz es difícil.
El período moderno de Azerbaiyán también se caracteriza por el renacimiento de la identidad cultural. El gobierno apoya iniciativas para preservar el patrimonio cultural, desarrollar el arte y la educación. Un evento importante fue el concurso internacional de Eurovisión, que se celebró en Bakú en 2012, lo que permitió mostrar a Azerbaiyán en el escenario mundial.
En los últimos años ha habido un aumento en el interés por la cultura y el arte azerbaiyanos, relacionado con el creciente patriotismo y el deseo de preservar la identidad nacional. Se llevan a cabo numerosos eventos culturales, exposiciones y festivales en el país, lo que contribuye al fortalecimiento de los lazos culturales con otros pueblos.
El período moderno de Azerbaiyán es un tiempo de cambios y desafíos significativos. Desde la inestabilidad política hasta el crecimiento económico, desde la lucha por la integridad territorial hasta el anhelo de renacimiento cultural, cada aspecto moldea la imagen moderna del país. A pesar de las dificultades, Azerbaiyán continúa avanzando, buscando convertirse en un estado exitoso y próspero en el escenario internacional.