Asiria es uno de los estados más antiguos que existieron en el territorio de la actual Irak. Apareció en el tercer milenio antes de nuestra era y alcanzó su mayor esplendor en el primer milenio antes de nuestra era. Los asirios son conocidos por su poder militar, logros culturales e influencia sobre los pueblos vecinos.
La civilización asiria comenzó a formarse alrededor del año 2500 a.C. En este tiempo, en el territorio de Asiria, en la ciudad de Asur, surgió el primer estado centralizado. Los asirios se dedicaban a la agricultura, la ganadería y el comercio. Las deidades principales eran Asur, dios de la guerra, e Ishtar, diosa del amor y la fertilidad.
Para el siglo XIV a.C., Asiria se convirtió en un poderoso reino que expandía activamente sus fronteras. Los asirios comenzaron a llevar a cabo campañas militares contra sus vecinos, incluyendo a los hititas y a Mitanni. Durante el reinado del rey Tiglat-pileser I (1115-1076 a.C.), Asiria fortaleció significativamente su posición, anexando numerosos territorios vecinos.
Asiria alcanzó su mayor esplendor en los siglos IX-VII a.C. En los tiempos del rey Asurnasirpal II (884-859 a.C.) y su hijo Tiglat-pileser III (745-727 a.C.), Asiria se convirtió en un poderoso imperio que abarcaba tierras desde Mesopotamia hasta Egipto. Los asirios construyeron magníficas ciudades, como Nínive y Calah, y también crearon una extensa red de caminos para el rápido movimiento de tropas.
La cultura asiria era altamente desarrollada. Los asirios crearon un complejo sistema de escritura —cuneiforme— que se utilizaba para registrar tanto textos administrativos como literarios. Los conocimientos científicos incluían astronomía y matemáticas. Los artistas y escultores asirios se destacaron por sus relieves y estatuas que representaban escenas de la vida, la caza y victorias militares.
A pesar de su poder, Asiria se volvió vulnerable a conflictos internos y amenazas externas. A finales del siglo VII a.C., el imperio asirio se enfrentó a levantamientos y ataques de pueblos vecinos, como los medos y los babilonios. En el año 612 a.C., Nínive fue destruida por las fuerzas combinadas de Medo y Babilonia, lo que puso fin al imperio asirio.
Aunque Asiria como estado dejó de existir, su legado cultural e histórico sigue influyendo en las civilizaciones posteriores. Las excavaciones arqueológicas han descubierto numerosos artefactos que permiten comprender mejor la vida y la cultura de los asirios. La religión, la arquitectura y el arte asirios siguen siendo aspectos importantes en el estudio de la historia del Medio Oriente.
En la actualidad, los descendientes de los asirios, los asirios cristianos, continúan viviendo en el Medio Oriente, en particular en Irak, Siria e Irán. A pesar de las dificultades que enfrentan, mantienen su identidad y tradiciones culturales. La historia de Asiria sigue siendo un elemento crucial del patrimonio cultural de la humanidad.