La historia de España comienza con antiguas civilizaciones como los íberos, celtas y fenicios. Los primeros asentamientos en el territorio de la actual España surgieron en la época neolítica. En el siglo VIII a.C., los fenicios fundaron varias colonias comerciales, incluida la famosa ciudad de Tartessos.
Desde el siglo V a.C. comenzaron a llegar celtas a la península, y luego colonizadores griegos, lo que facilitó el intercambio cultural. En el siglo III a.C., la región se convirtió en objeto de interés para Roma, que eventualmente la conquistó y la transformó en una de sus provincias: Hispania.
El dominio romano en España duró más de 600 años. Durante este tiempo se construyeron caminos, ciudades y acueductos. En el siglo I d.C., España se convirtió en una parte importante del Imperio Romano, y su economía se desarrolló gracias a la agricultura y el comercio.
Como resultado de la colonización romana, hubo una influencia significativa en la cultura local. El cristianismo comenzó a difundirse en España en el siglo I, lo que más tarde jugó un papel importante en la formación de la identidad nacional.
Después de la caída del Imperio Romano en el siglo V, España se convirtió en un escenario para diversos pueblos. Los visigodos fundaron su reino, que existió hasta el comienzo de la conquista musulmana en 711. Los musulmanes, conocidos como moros, conquistaron rápidamente gran parte de la península.
En los siglos VIII-XV, España estuvo bajo el control de gobernantes musulmanes, lo que llevó a un significativo intercambio cultural entre las civilizaciones islámica y cristiana. La Reconquista, el proceso de recuperación de tierras perdidas por los cristianos, comenzó en 722 y continuó hasta 1492.
En 1492, la Reconquista se completó con la caída de Granada. En el mismo año, Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo, lo que dio inicio a la época de conquistas coloniales y al establecimiento del Imperio español. España se convirtió en uno de los países más poderosos del mundo, controlando vastas colonias en América, Asia y África.
Sin embargo, hacia el siglo XVII, el imperio comenzó a enfrentar dificultades, incluidos conflictos internos y problemas económicos. El país se enfrentó a levantamientos y conflictos, como la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), que llevó a pérdidas territoriales significativas.
El siglo XIX se convirtió en un tiempo de revoluciones y reformas. España perdió la mayoría de sus colonias en América Latina, lo que socavó su economía. En 1936 comenzó la guerra civil, que finalizó con la victoria de los franquistas en 1939.
Después de la muerte de Franco en 1975, España volvió a la democracia. Se aprobaron nuevas normas constitucionales, lo que contribuyó al desarrollo de la economía y al fortalecimiento de las instituciones democráticas.
En el siglo XXI, España continúa enfrentándose a diversos desafíos, como crisis económicas y problemas de independencia en Cataluña. Sin embargo, sigue siendo una parte importante de la Unión Europea y un participante activo en la política internacional.