Mao Zedong (1893-1976) fue uno de los políticos más influyentes y controvertidos del siglo XX, fundador de la República Popular China y figura clave en la historia del comunismo chino. Sus ideas y métodos de gobierno dejaron una profunda huella en la historia de China y del mundo.
Mao nació en la aldea de Shaoshan en la provincia de Hunan. En su juventud mostró interés por la literatura y la política, lo que lo llevó a participar en movimientos revolucionarios. En 1918, se graduó del Instituto de Maestros en Hunan, donde comenzó a desarrollar sus ideas comunistas.
En 1921, Mao se convirtió en uno de los fundadores del Partido Comunista de China (PCCh). Desempeñó un papel clave en la Guerra Civil China (1927-1949), enfrentándose al gobierno del Kuomintang. Su estrategia de guerra de guerrillas y su habilidad para movilizar al campesinado permitieron al PCCh obtener la victoria en 1949.
El 1 de octubre de 1949, Mao proclamó la creación de la República Popular China. Este evento marcó la culminación de su carrera política y el inicio de una nueva etapa en la historia del país. Mao buscaba construir una sociedad socialista basada en principios marxista-leninistas.
En los primeros años de su mandato, Mao inició una serie de reformas radicales destinadas a transformar la economía y la sociedad. Entre ellas se encontraban las reformas agrarias, la nacionalización de la industria y la creación de cooperativas. Sin embargo, muchas de estas medidas llevaron a graves dificultades económicas.
Desde 1966 hasta 1976, se llevó a cabo en China la Revolución Cultural, iniciada por Mao con el fin de purificar al partido y a la sociedad de los elementos "burgueses". Este movimiento estuvo acompañado de represiones masivas, destrucción del patrimonio cultural y violencia. Millones de personas fueron víctimas de persecuciones, lo que dejó una profunda huella en la sociedad china.
Mao Zedong no solo fue un líder político, sino también un influyente teórico. Sus ideas, conocidas como "Maoísmo", incluían conceptos como "guerra popular" y "revolución permanente". Estas ideas tuvieron un impacto significativo en los movimientos revolucionarios de otros países, especialmente en Asia, África y América Latina.
La muerte de Mao en 1976 llevó a cambios significativos en China. Tras su salida del poder, las autoridades comenzaron a alejarse de los métodos de gobierno radicales, lo que condujo a reformas económicas bajo la dirección de Deng Xiaoping. Sin embargo, la figura de Mao sigue siendo controvertida: para algunos, es un héroe que liberó a China de la influencia extranjera; para otros, es un déspota responsable de millones de víctimas.
Mao Zedong es una personalidad que ha generado evaluaciones controvertidas en la historia. Sus ideas y acciones todavía se discuten e investigan, lo que lo convierte en una de las figuras más significativas del siglo XX. El legado de Mao continúa influyendo en la política y sociedad de China, así como en las relaciones internacionales.