La antigua historia de Albania abarca un amplio período de tiempo, comenzando con los primeros asentamientos humanos y terminando con la aparición de las primeras formaciones estatales. En este territorio habitaron diversas tribus y civilizaciones que dejaron una huella notable en la cultura y la memoria histórica del pueblo albanés.
Las evidencias de la actividad humana en el territorio de la Albania moderna se remontan a la época del paleolítico. Los hallazgos arqueológicos en cuevas como la cueva de Divja y la cueva de Krujë indican que las personas habitaron aquí hace más de 30,000 años. En el período neolítico, a partir del año 6000 a.C., comienzan a aparecer los primeros asentamientos agrarios en el territorio de Albania. La gente se dedicaba a la agricultura, la ganadería y la caza.
En este tiempo, en el territorio de la región se formaron culturas como la cultura de Tepelena, y surgieron asentamientos más desarrollados donde se desarrollaron oficios y comercio.
La tribu más notable que habitó el territorio de Albania en la antigüedad fueron los ilirios. Esta tribu probablemente surgió a principios del primer milenio a.C. Los ilirios ocupaban la mayor parte de los Balcanes occidentales, incluida la Albania moderna. Hablaban el idioma ilirio y tenían una sociedad compleja con una jerarquía clara.
Los ilirios eran conocidos por sus habilidades en la navegación y el comercio, así como por su capacidad para llevar a cabo guerras. Tenían numerosos lazos tribales que a menudo estaban en conflicto entre sí, pero que también se unían para defenderse de amenazas externas, incluidos romanos y griegos.
En el siglo V a.C., comenzaron a aparecer colonias griegas en la costa de Albania. Los griegos fundaron ciudades como Eno (la actual Vlorë), Apolonia (la actual Apolonia) y otras. Estas colonias se convirtieron en centros de comercio e intercambio cultural entre griegos e ilirios. Las ideas y tradiciones griegas tuvieron un impacto significativo en la cultura iliria.
Los contactos con los griegos condujeron a un préstamo mutuo de diversos aspectos culturales, como el arte, la religión y la arquitectura. Sin embargo, a pesar de la influencia griega, los ilirios preservaron su identidad y cultura.
En el siglo II a.C., la República romana comenzó a conquistar tierras ilirias, lo que llevó a la caída gradual de la independencia de los ilirios. En el 168 a.C., los reinos ilirios fueron finalmente sometidos a Roma, y la región pasó a formar parte del Imperio romano.
El poder romano trajo al región nuevas tecnologías, estilos arquitectónicos y estructuras administrativas. Los romanos construyeron caminos, puentes, acueductos y otras construcciones que facilitaron el desarrollo del comercio y la economía.
Durante este período, se fundaron nuevas ciudades, como Durrës, que se convirtió en un importante puerto comercial. La población local se asimiló gradualmente, y muchos ilirios adoptaron el idioma y la cultura latina.
Tras la caída del Imperio romano de Occidente en el siglo V, el territorio de Albania quedó bajo el control del Imperio bizantino. Este período se caracteriza por la difusión del cristianismo, lo que llevó a cambios significativos en la vida religiosa y cultural.
Los bizantinos fortalecieron su posición al crear diócesis y monasterios en el territorio de Albania, que se convirtieron en centros de educación y cultura. Sin embargo, el poder bizantino también enfrentó constantes amenazas de tribus bárbaras que invadían los Balcanes.
Los tiempos antiguos de Albania representan un período complejo y diverso, durante el cual se formaron las bases de la cultura y la identidad albanesa. Las tribus ilirias, los contactos con los griegos y la influencia de Roma y Bizancio crearon un paisaje cultural único que dejó una profunda huella en la historia de la región. Estas etapas tempranas sentaron las bases para el posterior desarrollo de Albania como nación, lista para luchar por su independencia y preservar su identidad.